Poniéndonos
en las carnes del ciudadano medio la vida se puede resumir sin más en nace,
crece, se reproduce y muere. Durante este tiempo existen 3 objetivos vitales
que en la mayoría de los casos se contenta satisfacer, 1.- Estabilidad laboral:
Para asi poder llevar una vida desahogada. 2.- Circulo de amigos: Mantener un
grupo de personas con quienes compartir alegrías y penas. 3.- Familia: Encontrar una pareja para poder
fundar una familia y crear nuevos ciudadanos medios.
Y el
proceso vuelve a comenzar, de por medio estos ciudadanos medios harán uno que
otro viaje para descubrir la cultura insólita de un país, obtendrán ascensos
laborales que los pondrán en situaciones de responsabilidad y posiblemente
vivan una que otra experiencia emocionante.
Y mientras
tanto ahí afuera lejos del mundo real un intrépido caballero a pasado 40 años
matando dragones, un poderoso necromante a cruzado las puertas de la muerte y
vuelto para contarlo, se ha descubierto una maquina del tiempo y una raza alienígena
ha llegado a la tierra para mostrarles a sus habitantes las bonanzas de la
galaxia; ¿Injusto? Pobre ciudadano medio, que pequeño e infeliz es, que
mediocre e insignificante, que prescindible; Incluso la vida de aquellos que
han nacido príncipes y morirán reyes, o aquellos que trabajan como espías
gubernamentales parece triste y sosa en comparación con todo lo que ha dado de
si la imaginación humana.
Sin embargo
estos pequeños y desdichados tienen en su poder un arma capaz de arrasar
naciones enteras, de someter a los dioses a su voluntad, y de superar la
velocidad de la luz, un arma de muchas caras que me limitare a llamar dieta
cultural.
En efecto
los humanos reales tenemos una ventaja sobre nuestros congeneres imaginarios y
es la cantidad de mundos que podemos llegar a visitar a lo largo de nuestras
vidas. Mientras el mago nacerá y morirá como tal dedicando años enteros en el
estudio de sus conjuros nosotros podemos colarnos en su cuerpo durante unas
horas para ver através de sus ojos y escuchar através de sus oídos, y cuando nos
cansemos quizás prefiramos saber que ve y oye el mutante futurista que nos
aguarda en la videoconsola, pero hay quienes se conforman de seguir la vida de
su “actor” favorito, pero a eso lo llamaremos dieta incultural; pero seamos
sinceros cualquier vida es más interesante que la nuestra propia.
Pensar un
instante en cuanto tiempo utilizas para consumir información de cualquier
clase, escrita, audiovisual, sonora, interactiva. Somos lo que comemos y
comemos información, si no tenemos alguna otra obligación consumimos casi
constantemente; seguimos día a día unas trilladas rutinas que estamos
mayormente hartos como rosas excepciones claro, y cuando logramos escapar de
ellas nos sumimos en una voraz panzada de información; Habrá quien diga que no
que el pasa el tiempo con sus seres queridos y yo le pregunto ¿Qué compartes
con tus seres queridos sino información?
Estaríamos vacíos
sin historias que contar, o al menos así lo veo yo.
En otro
orden de cosas ser selectivos con lo que compone su dieta cultural sinceramente
yo estoy aburrido de la realidad la tengo en mis narices día a día y no estoy dispuesto
a entrar en
el juego de la televisión en el que me la presenta de manera edulcorada y morbosa
hará que se vea interesante, así que la rechazo me pongo en contra de la realidad
y me meto en la mente de grandes genios através de sus obras artísticas disfrutándolas
y exprimiéndolas hasta la ultima gota y quizás algún día se me pegue
algo de ellos y pueda crear algo que haga soñar a generaciones enteras. Ese es mi
objetivo vital, hasta ahí me ha condicionado mi dieta cultural.