Lo que me
lleva a que durante las elecciones los 4 personajes que parecieran haber sido
sacados de la más infame caricatura se dedicaron a desprestigiarse los unos a
los otros, que si yo te saco mi “Atenco” pues ahí te va mi “guerra contra el
narco” ¿A sí? Pues toma mi “Guardería ABC” ¿Con qué sacaste tu “Gordillo”? toma
mi “Niño Verde”; así entre “Paulettes” “Complots” “Guerras sucias” “Plantones” “Salinas”
y movimientos “Revolucionarios” se fue gestando esta gran división que se puede
palmar en el aire, ver en las redes sociales, con “ingeniosos” memes, fotos,
lemas estupidos y estériles.
Ya en este
momento unos cuantos habrán dejado de leer con cierta atención y objetividad lo
que trato de expresar, ya que estarán ocupados pensando que me importa un
carajo su “lucha” (y que ciertamente no están muy alejados de la verdad) pero
no me importa su lucha ya que pareciera (o eso veo yo) que de un equipo de fútbol
se tratara; siguen defendiendo el hecho de que no ganó quien ellos querían; ya
me dijeron que no es por eso sino por la imposición; pero de haber ganado algún
otro candidato seguramente los seguidores de los otros sentirían que el ganador fue
impuesto. Un completo bucle de insensatez.
Muy en el
fondo no nos importa quién gano, para
fines prácticos tenemos 3 naciones, tenemos el PRIncipado al que no nos
cansaremos de tirar mierda, la
República amorosa a quien tacharemos de nacos, jodidos y
locos y tenemos a unos mochos que perdieron un país a causa de un imbécil, un
ebrio y una candidata cuyo uno “don” era el de tener útero.
Qué repinche risa. I am Pagliacci, dijo el
Rorschach aquél.
Tengo una tesis sumamente lebertaria en la que el trabajo
duro y el esfuerzo personal te da el éxito. Se me señala con el dedo por mi
forma individualista de buscar el éxito o la satisfacción. El punto es que no
quiero que el gobierno me regale nada, pero tampoco que me ate las manos cuando
quiero conseguir algo. ¿La repartición equitativa de la riqueza? Suena bastante
bien en la teoría pero poco efectiva en la práctica. Al menos en una nación
inculta y corrupta como la nuestra. Me queda claro que muchos de ustedes no lo
son, pero no así todos.
No quiero escuchar más salidas sencillas simplistas como la
de Salinas-Azcárraga-El Chapo-Peje. Los que tienen la sartén por el mango aprovecharon
que se les fue ofrecida sin poner oposición. Lo más seguro es que el problema
es que nos gusta buscar a quién a culpar, buscar el villano de la novela a
quien achacarle nuestros problemas, porque somos nosotros los “bueno”.
Les gusta que nos enemistemos con pequeñas estupideces Es más
fácil desgastarnos en pleitos infructuosos por que lo que realmente vale la
pena cuesta trabajo.
“El trabajo fecundo y creador”. Me fascina esa frase.
Ennoblece. La veo reflejada en mis abuelos, en mi madre. Ellos, al hacerle
honor a ese concepto, me han legado un futuro, por negro que parezca, porque
ningún régimen, ninguna dictadura transparente, ningún presidente, ningún
espurio, ningún caudillo, ningún mercachifle JAMÁS logró desanimarlos de hacer
algo que deberíamos hacer por condición humana de sobrevivir, de imponer
nuestro bienestar por encima de los obstáculos. A ellos les debo esta claridad
que ahora busco convertir en mi mantra.
Salgo adelante con mi trabajo. Soy muy bueno en lo que hago, lo trato de ser siempre. Mis grandes tropiezos mi heridas más profundas y dolorosas no es culpa de terceros me las he buscado yo solo y así me las tuve que tragar una a una.
Ahora resulta más claro ver que en el rostro de quién nos divide se refleja el nuestro, al menos ahora se contra quien debo pelear.
A trabajar.